Encargada por los Giuliani
1602
Óleo sobre lienzo
107 x 146 cm
El cuadro muestra la escena en la cual Jesús ofrece a Santo Tomás que le meta el dedo en la erida para que verifique que es Él, ya que se niega a creerlo.
Esta presente el claroscuro y el realismo que aparece en los rostros de las figuras.
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