1647-1651
Se encuentra en la Iglesia de Santa María de la Victoria.
Encargo del cardenal Cornaro
Marca el momento en el que la santa entra en éxtasis por el amor de Dios que le acaba de llegar a través de la flecha que le ha clavado el ángelito pícaro de la izquierda.
Tanto la expresión como la postura de la santa transmiten una sensación extraña, una mezcla de
placer y de dolor.
Funde el amor místico con el sexual a través de una simbología pagana.
Muestra un excelente juego de luces y sombras que la convierten una
representación espectacular.
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