La pintura del Renacimiento se caracterizó por la conquista de la perspectiva y el dominio del espacio. El color, la composición y las escenas que servían de fondo a las obras (generalmenteedificios o paisajes) se utilizaron para crear distintos planos y conseguir dar sensación de profundidad.
Los pintores se inspiraron en la antigüedad clásica. Por ello se cuidaban mucho de las proporciones de las figuras y se buscaba la belleza, idealizando rostros, cuerpos y movimientos.
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